! Peor que la muerte eres tú apresuramiento¡ Para que diablos íbamos a correr, Las cosas que no han de ser nuestras no se dejarán coger. Esperábamos con ansiedad De ahí nuestro caprichoso deseo de concluir Nos subíamos a la tarima a mostrar nuestra silueta Nuestro traje gangrenado Para que los que nos seguían notaran nuestro hedor Con dos acordes y una escala coja elevabamos Nuestro pensamiento a las cimas que conoció Sísifo Acampabamos allí Encendíamos la hoja dulce Comíamos de la tierra Compartíamos con el árbol, con el río Con el humo alucinógeno Qué nos abría la puerta La única puerta que los antepasados dejaron para nosotros Algunos cruzaron y no sabemos de su rastro Otros esperaron atentos y de igual manera torcieron el camino Otros dejamos el humo Y de manera centrífuga habitamos nuestro propio espíritu ¡Algunos tenían miedo! Pero eso no es grave sino natural Nuestras naves cruzaban el peligro Día y noche nos estrellabamos Contra la conciencia que instaura caminos Que nombra caminos ¡Que pierde caminos! Quizá no hayamos establecido un nuevo Dios Pero desdudamos la turba hacinada En las creencias estériles y corruptas Nacimos a un mundo nuevo Complejo y oculto Abrimos los brazos a nuestra verdad Condujimos el cuerpo que es el alma Y que nos festeja y nos padece Pero también que nos despierta y nos aniquila ¡Quizá falta lo que falta!