Martín no piensa ir a jugar, En su casa no hay tiempo ni pan, Temprano sale a trabajar, Vende melcochas a tres pesos, el par. ¿Cuándo irá Martín a jugar y a estudiar?, ¿A leer un cuento? ¿Cuándo lo veremos recitar?, ¿y escribir? ¿Y soñar sus propios versos? ¿Cuándo pasará? Golpea el vidrio de un carro y tal vez Logra vender de sus manjares Mientras sentada espera su madre, el botín. Ay el semáforo cambio Y Martín perdió a sus clientes, Siente su niñez en extinción y más aún, Si el hambre gana la batalla, ¿Cómo llegará a su casa?, ¿cómo hará? Martín ya deja de llorar, Tal vez tu mama te tome en sus brazos Y te diga al oído muy despacio Todo estará bien...