La perdí de vista a principios de verano Se llevó el bolso de mano y no dejó ninguna pista. Me quedé mirando el techo con la procesión por dentro Y un remolino en el centro matemático del pecho. El tiempo se resbala gota a gota por mi frente Estoy solo de repente y esta soledad es mala En el sofá conversando con las plantas Tengo un nudo en la garganta Sé que ya no volverá Sueño con un otoño de besos y rosas Con las siluetas de las ramas desnudas Con rubias morenas y pelirrojas Sueño con un amor que me sacuda Si julio es pedregoso agosto es un desierto Muchas noches me despierto empapado y tembloroso Que caiga una tormenta que borre todas sus huellas Cien mil rayos y centellas hasta perder la cuenta.