La tormenta de los años ha blanqueado tu cabeza Madrecita de ojos vivos que suspiras para mí, Y ha llegado Santa Rosa, que es el día de tu santo ¡Y yo quiero darte un beso como nunca te lo di! Los jardines son regados por el hada vaporosa Viene ya la primavera, otro invierno sucumbió, Y en el mundo, madre mía, todo se viste de rosa Cual si cantara tu nombre como feliz canto yo. Que nunca me falte tu tierna caricia Mi vida precisa sentir tu calor, Que nunca me falte la luz de tus ojos Que aclaran mis noches de cruento dolor... Que nunca me falte tu voz de consuelo ¡Oh, madre querida!... ¡Tú alivias mi mal! Porque te aseguro, si llega ese día También con tus alas quisiera volar. Que nunca me falte tu voz de consuelo ¡Oh, madre querida!... ¡Tú alivias mi mal! Porque te aseguro, si llega ese día También con tus alas quisiera volar.