La fiesta en la embajada de la esquina Colado con el smoking de un muerto Caviar entre payasos de rutina Todos ciegos de escabio, y yo el tuerto Tus tacos despertaron el ganado Tus ojos aleteaban entre idiotas Tu estela de un perfume prestigiado Comprado en cuotas, puesto a cuentagotas. Brillando mala como los genios viendo la mota en el ojo de dios Tan bella como una canción triste Justo cuando te vi me viste Hipnotizando con tu cigarro Guiñando a todos que nunca son él Tan triste como una canción bella El mundo existía para ella. Me funcionó la cara de importado Me levitaste hacia los jardines Un pico al pasar a un abogado Un sobre de charol con comodines Hablaste de Spinetta de memoria Me diste una pastilla con un beso La intriga amurallada de tu historia Cayó bajo la droga y el cerezo. Y fuiste brava como los ciegos Fuiste valiente, yo tuve temor La radio tocó la canción triste Justo cuando te conocí te fuiste Con la cuchilla de tu silencio Dejaste el hueso de mi corazón Tan duro como una piedra helada Tan frágil como el beso que me dabas En esa madrugada En el jardín de la embajada.