Mal que mal cuatro años no es casualidad Y llegar a la hermandad te deja atado Vuelvo a ser mortal y desalmado Te cambié mi alma por tranquilidad No quedó nada de mi voz Y en el reflejo de otro vidrio Me mire y no era yo, y me fui El fin no supo del final Cuando mi sombra se escapaba De mi cuerpo al caminar, y me fui Mal que mal cuatro años no es casualidad Y llegar a la hermandad te deja atado Y te vas borrando del espejo Como un fantasma perdiendo la piel, la piel, la piel No quedo nada de mi voz Y en el reflejo de otro vidrio Me mire y no era yo, y me fui Cuando la puerta se cerró Golpeándome fuerte la cara No quise pensar en vos y me fui Cuando la puerta se cerró Golpeándome fuerte la cara No quise pensar en vos y me fui Pero olvidé en la confusión De que mi alma se quedaba arrugada en un sillón Y me fui Al fin de cuentas es un error Es una deuda sin pagar Nunca dejés lo que no volverás a buscar Menos tu alma en un sillón Menos tu alma en un sillón Menos tu alma en un sillón Nunca tu alma en un sillón