Abuela... tú eres la madre Que todo tolera de la candidez, Pues sufres si penan tus nietos Y calmas el llanto de nuestra niñez. Abuela... tú rezas al cielo Si al nieto de tu alma le aqueja un dolor, Darías tu vida si Dios la pidiese Por verlo contento y pleno de amor. Nona... ¡Ay, nona! Qué dulce y qué suave siempre es tu canción. Nona... nonita, tu amor sólo vela Por los nietecitos de tu corazón. Nona... ¡Ay, nona! Qué dulce y qué suave siempre es tu canción. Darías tu vida si Dios la pidiese Por verlos contentos y plenos de amor. Darías tu vida... si Dios la pidiese Por verlos contentos y plenos de amor.