Llevando al muchachito sujeto de la mano Se presento el sargento que estaba en la estación. "El mundo esta perdido." le dijo entre asombrado. "Tan sólo 7 años, tan chico y ya ladrón". El niño mientras tanto lloraba amargamente. "¿Que fue lo que ha robado?" dijo la autoridad. "El robó un ovillo de hilo" le respondió el librero. "A todos estos pillos debieran encerrar." "Señor... yo no lo niego, es cierto que he robado. Me faltaba tan poco para poder llegar Con este barrilete hasta el azul del cielo, A donde se ha ido ayer nomás mamá. No vez una carta pegada al barrilete. No me alcanzaba El hilo, fue verl, y que se yo, No lo pensé dos veces. Me sorprendió el librero. Le juro mi sargento... que por eso fui ladrón." "Si han de llevarme preso, lo siento por mi madre Y por esa pobre carta que nunca ha de llegar. En ella le pregunto porque se fue tan lejos, dejándonos Tan solos a mi y a mi papá." Sin pronunciar palabras, lo acarició el sargetno... Entonces el sargento, con ganas de llorar, Le puso entre las manos aquel ovillo de hilo... "Ahora si purrete... tu carta va a llegar."