A pesar del mucho tiempo desde entonces transcurrido Aún mi pecho conmovido lo recuerda con dolor Fue una tarde que paseaba, vi en un banco a una cieguita Y a su lado la viejita que era su guía y su amor Yo observé que la chiquita de ojos grandes y vacíos Escuchaba el griterío de otras nenas al saltar Y la oí que amargamente, en un son que era de queja Preguntábale a la vieja: "¿por qué yo no he de jugar?" Y al punto fijo, no sé si el dolor que sentí Fue escuchando la voz de la nena O fue que cuando miré a su vieja advertí Que lloraba en silencio su pena "¡Ay, cieguita!" Dije yo, con gran pesar "Ven conmigo, pobrecita" Le di un beso y la cieguita Tuvo ya con quien jugar ♪ Pero un día, bien me acuerdo, no fue más que la viejita Y me dijo: "la cieguita está a punto de expirar" Fui corriendo hasta su cuna, la cieguita ya moría Y, al morirse, me decía: "¿con quién vas ahora a jugar?" Y al punto fijo, no sé si el dolor que sentí Fue escuchando el adiós de la nena O fue que, cuando miré a su vieja, advertí Que lloraba en silencio su pena Ay, cieguita, yo no te podré olvidar Pues, me acuerdo de mi hijita Que también era cieguita Y no podía jugar