Vengo de saltar la comba de los tuburios más puercos con personajes de un pedo más duro que los pezcuesos, que la carne de la piedra, no me vendas más miserias que bastante tengo yo. Vengo de contar limosnas con los que no tiene sobras, de vivir entre los muertos, de matarme con los vivos, de escapar de una mazmorra, no me digas que no vas a bailar conmigo un rato, písame bien los zapatos que los años se nos van. Uoo oooh ooh Abrázame como el fuego al tronco Uoo oooh oooh Dame calor, ponme cachondo Uoo oooh oooh Abrázame como el fuego al tronco Uoo oooh oooh Dame calor, déjame roto. Y en el dorso de las cartas que se nos llevo el invierno hay una frase colgando que me ronda y no me olvido, será que estoy tontorrón. Tengo dentro de un cajón una colección de ratos, pásame otro garabato que me aparte del montón. Uoo oooh oooh Abrázame como el fuego al tronco Uoo oooh oooh Dame calor, ponme cachondo. Uoo oooh oooh Abrázame como el fuego al tronco. Uoo oooh oooh Dame calor, déjame roto. Calavera, que me siento calavera, sino me duele la vida sino me chupas con saña, sino me adornas con guiños, quiero festejar lo nuestro con achuchones de almibar, por doquier, por cada esquina, ser un puto loco en puntos suspensivos. (). Fin.