Pesa a veces la vida y el hombre desespera,
Pesa el pesar y pesa la dicha que no fue,
Y la esperanza musita: "Espera, espera, espera";
Y el corazon cansado responde: "¿Para qué?",
¡Cuando yo sea grande!, Oh frase verde y fresca,
Que florece en los labios cuando principia abril, Cuando yo sea grande, espera, espera, espera;
Y la ninez se pierde prendida al porvenir.
Cuando tenga dinero,
Cuando ella me sonría,
Cuando llegue la gloria por caminos de ayer,
Cuando tenga el secreto de la vida y la muerte, Cuando Dios me visite tras un atardecer. Y la cosas que llegan no tiene aroma,
El corazón cansado pregunta ¿para qué?
Espera, espera, espera, la esperanza pregona,
Y otra vez nos ponemos a esperar y a creer.
Mas un día se hiela la canción en la boca,
La esperanza no tiene ni aguijón ni poder,
Y el amor esta lejos, como estrella en derrota,
Y Dios está lejano, como sol por nacer.
Cuando tenga dinero,
Cuando ella me sonría,
Cuando llegue la gloria por caminos de ayer,
Cuando tenga el secreto de la vida y la muerte, Cuando Dios me visite tras un atardecer. Erguido ante el poniente el corazón se enreda,
Su pregunta de siempre: "¿Para qué, para qué?"
Y musita la muerte: "Espera, espera, espera"
Y otra vez nos ponemos a esperar y a creer.
Mas un día se hiela la canción en la boca,
La esperanza no tiene ni aguijón ni poder,
Y el amor esta lejos, como estrella en derrota,
Y Dios está lejano, como sol por nacer.
Cuando tenga dinero,
Cuando ella me sonría,
Cuando llegue la gloria por caminos de ayer,
Cuando tenga el secreto de la vida y la muerte, Cuando Dios me visite tras un atardecer.