Un turista sevillano y un gitano japonés, tomando fino en la feria, Poniendo el mundo al revés. Dando palmas en las casetas, cantando tangos en inglés, Con el polvillo en los dientes y agujetas en los pies. Veneno, ¡qué bueno!, luna del amanecer, agua de fuego y una Manita de El Cordobés. Veneno, ¡qué bueno!, luna del amanecer y una filo de Camarón para el sol naciente. ¿Qué es lo que tiene Sevilla, que no lo tiene Japón? Aquí se lava con fino, Allí con agua y jabón. Ya lo dijo el poeta: con hierbabuena y romero, Mucho más que las carretas, tira el veneno. Veneno, ¡qué bueno!.