Hijo mío Tú mejor que nadie conoces dónde vivimos En asquerosa y sórdida callejuela Donde la miseria y el vicio florece Qué difícil es pedir, en ese ambiente, ser bueno y ser noble Qué duro es para ti, hijo mío Exigirte virtudes donde se carece de todo Pero soy tu padre, un hombre común y corriente Hecho como todos los hombres, de debilidad Pero lleno todo de ansiedad en hacer de ti un hombre de provecho Detrás de las miserables casuchas que habitamos Veo para ti, hijo mío Un amplio horizonte donde la vida sea noble Donde el hombre aprenda a convivir con sus semejantes, lejos quizá En la provincia, donde haya ríos de cristalinas aguas Y praderas llenas de verdor Estudia, aprende A nosotros se nos exige más Pero cuánto más obstáculos haya en el camino Más legitima es la victoria Sé noble y sé justo Con la nobleza franca y llana del hombre que sabe amar al prójimo Y la justicia verdadera exenta toda de doblez y de egoísmo Aprende a ser libre De nada sirve posición económica y sabiduría Si se pierde la libertad Defiéndela con tu vida, si es preciso Nuestra victoria está llena de hechos heroicos De hombres que ofrendaron su vida antes que aceptar ser esclavos Que no sea en balde la sangre derramada por tantos patriotas Nunca claudiques Vale más ser libre un minuto Que toda una vida esclavo Ten presentes mis palabras Y mañana, cuando tú seas hombre y yo quizás haya muerto No olvides lo que tu padre te dijo un día, cuando eras niño