No es bueno para tí que preguntes demasiado, Que te alejes de la senda del perfecto ciudadano. Matrimonio soso, trabajo precario, Y en tu mente la quimera de que te hagan encargado. Tampoco te conviene darle demasiadas vueltas A los hechos, que al pensarlos se convierten en problemas. Deja que el mundo siga su curso Y continúa tu camino en silencio y a lo tuyo. No cometas el error de alterar las directrices En que se apoya la gente con quien vives. Es preferible la injusticia al desorden, Decía el abuelo al abrocharse el uniforme. Tu conducta inquieta a los vecinos, Te señalan por la calle quienes fueron tus amigos. Esto ya era así antes de que tú nacieses, No le des más vueltas, calla y obedece. Porque estás en Ultramemia. Vivirás en Ultramemia. Has nacido en Ultramemia Y te morirás de asco bordando con tu tedio su bandera. No es aconsejable desconfiar del dirigente, Sagrado timonel de tu destino y tu suerte. Él piensa por tí para que tú no pienses nada: Con un cerebro sobra para toda la manada. Enturbias con tus dudas la imagen del míster Y encima pretendes que nadie te vigile. Esto ya era así antes de que tú nacieses, No le des más vueltas, calla y obedece. Porque estás en Ultramemia. Vivirás en Ultramemia. Sigue con los sellos en la estafeta, Mejor ser anónimo que profeta. Quítate de la cabeza esas tonterías, Tampoco es tan incómodo vivir de rodillas. Porque estás en Ultramemia. Vivirás en Ultramemia. Has nacido en Ulramemia...