Tras de las verdes colinas Asoma la luna llena Y con su nieve divina Torna en honda cristalina Las aguas del Magdalena. Se oyen rumores de orquesta Sobre las altivas palmas Respira amor la floresta Y están las brisas de fiesta Y están muy tristes las almas. Las almas como la mía, Alegres y soñadoras, Viven en cruel agonía Deshojando noche y día Nostalgias abrumadoras. Y suenan voces perdidas Parecidas a mis penas; Son voces doloridas, Sobre las aguas dormidas Del hermoso Magdalena.