Sentado en la mesa con varias cervezas En la tasca del puerto de la decepción Un parco bohemio junto a su tristeza Cantaba sin tregua la misma canción Llevaba una gorra sobre la cabeza Los ojos del mar y mirada perdida Y un rostro tatuado de suma belleza La flor de guayaba en su brazo nacida Quiero por fin ya olvidarme de ella Gritó en la noche a los cuatro vientos Borrar de mi mente todas esas huellas Que pisan y hieren cada sentimiento Mal curó las heridas que deja el amor Y a fuerza de olvido trato de olvidarla Pero un siete le escuece en el corazón Si con su guitarra vuelve a cantarla Y sueña encontrarla junto al malecón Creyó ver la luna en una farola En el humo del bar la niebla marina Sintió en un sorbo un golpe de ola Y marchó a navegar en plena cantina El ruido de un vaso le trajo a puerto A la misma mesa y al mismo lugar Bebió unos tragos y entre el desconcierto Cogió su guitarra y miró hacia el mar Mal curó las heridas que deja el amor Y a fuerza de olvido trato de olvidarla Pero un siete le escuece en el corazón Si con su guitarra vuelve a cantarla Y sueña encontrarla junto al malecón