Bocas demasiado grandes siempre para hablar de los demás Oídos demasiado pequeños cuando toca escuchar Ojos siempre cerrados, mejor será no mirar Tacto que siguen pidiendo, tacto que piden y no dan Respira... Bocas demasiado hambrientas, buscando alguna presa más Oídos demasiado cansados, todo suena siempre igual Ojos que se hacen tormenta, tormenta entre un millón más Tacto que sigues pidiendo, tacto que pides y no das