Recitado.
Uno se siente más viejo, escarmentado, como si hubiera andado todo el camino y apenas lleva andado los primeros pasos, inseguros pasos. Cree que nunca más va a volver a caer, pero el amor... El amor es así. Golpea los costados más débiles del ser hasta hacerlo su exclavo. Uno se defiende, esconde la ternura, la poca transparencia que le queda, para que no le hagan daño, pero cae de rodillas con los brazos abiertos ante su destino de amar. Todas las formas de amor. El odio, incluso. O de quedarse solo en medio de la vida sin que nadie acuda a su clamor desesperado.
Y llegó otro amor menos poesía pero más seguro, sin esa aventura de 'tal vez mañana ya no nos veremos'. Un amor conjugado en solo tiempo presente. Un amor que ponía las horas en su sitio. Un amor costumbre. Un amor con ese idioma cotidiano de pensar en el nido y envejecer cuidando el ala de los hijos, para que un día de pronto se suelten a volar un cielo rutinario, para escribir la historia de cada hombre distinto exactamente igual.
Cantado
En el tira y afloja de los sentimientos,
Ella con su halo de virgen ruborosa
En el papel sumiso de noviecita sosa.
Él elegante siempre atildado,
Posesivo el modo, protector el gesto
Cayeron en la trampa, cayeron en la trampa,
Del casamiento.
Luego la suegra lo dispuso todo,
Vistió al suegro de traje azul marino,
Eligió la iglesia, el cura, los padrinos
A su capricho.
Tras de su velo, vigila alerta, con tanto celo,
Que en la noche de bodas,
Que en la noche de bodas,
No estuvo por un pelo.
Recitado
Firmaron un contrato por un amor eterno
Y cuando el hecho estuvo consumado, sin remedio
Tratando de caer en brazos de su yerno,
En un desmayo para las fotos de instantes tiernos,
Con un ojo abierto, bendijo el matrimonio
Con su llanto materno.
Se dijeron las cosas que se dicen siempre,
Que si gana una hija, que si pierde un hijo,
El arroz, el chiste feroz de algún amigo,
Y ellos radiantes, rosas sonrientes,
Muestran los dientes para el retrato,
Por fin han conseguido llevarse al agua
Al gato.
Cantado
La vieja que llora la pérdida del nene
Por culpa de esa intrusa, silente, entrometida,
Que vino a robarle el amor de su vida.
Gime el padrino en la sacristía,
Protesta el cura, con coro y con alfombra,
Con coro y con alfombra, con flores y con misa
Aumenta la factura.
Una luna de miel, postales y recuerdos,
Ella que lo inspira, que lo vuelve poeta,
él se siente un héroe, Adán, superatleta,
Y en nueve meses, entre escarpines y pañoletas
Crecerá una flor, crecerá una flor de luz y
Competencia para las abuelas.
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