Siempre pensé, siempre pensé Que quería ser tratada como una dama, Nunca imaginé, nunca imaginé Que me gustaría que me hablaras sucio también. Vísceras de fiera dentro de mí hacen fiesta, Quieren la pelea y yo las quiero complacer, Nunca estuve cerca de sentirme tan perversa Oyendo de tu boca esas dulces palabrotas. Y cuando comienzas no quiero que pares, No quiero que pares una vez que empiezas. Y cuando comienzas no quiero que pares, No quiero que pares una vez que empiezas. Háblame sin miedo, Dime qué te gusta, Quiero complacerte, Nada me asusta. (Bis) Siempre pensé, siempre pensé Que querías que me portara como una dama, Nunca imaginé, nunca imaginé Que te gustaría que te hablara sucio también. Es regular lo irregular en estas condiciones, Lo vulgar se hace normal en estas situaciones, No quiero parecer tan diestra, tampoco una mujer siniestra, Pero me fascina la idea de estar siempre dispuesta. Y cuando comienzas no quiero que pares, No quiero que pares una vez que empiezas. Y cuando comienzas no quiero que pares, No quiero que pares una vez que empiezas. Háblame sin miedo, Dime qué te gusta, Quiero complacerte, Nada me asusta. (Bis) Háblame, dime, Quiero complacerte, Nada me asusta.