Entre Cortinas blancas y azules rejas Estaban dos amantes dándose quejas Y se decían, que se querían Que tan sólo con la muerte se olvidarían Que tan sólo con la muerte se olvidarían No hay casa que no tenga sus cuatro esquinas Ni mujer que no sea pérfida y fina De lo contrario, de lo contrario Que todos los hombres somos un relicario Que todos los hombres somos un relicario Música No hay amor que no tenga sus falsedades Ni mujer que no caiga tarde o temprano De lo contrario, de lo contrario Que todos los hombres somos un relicario Que todos los hombres somos un relicario Niña cuando me vaya, pienso dejarte Un corazón amante como de herencia Como advertencia, con la advertencia Que si tú te vas con otro, pierdes la herencia Que si tú te vas con otro, pierdes la herencia