Ay, ay, ay, amor, amor, amor, amor,
Ay, ay, ay, amor, amor, ay, amor, amor.
Yo debí serrano, cortarme las venas,
Cuando ante los ayes de una copla mía,
Pusiste en vilo mis carnes morenas
Y con unas palabras que no conocía.
Y a mi, sólo de pensarlo me da escalofrío.
¡Qué ciega, que fui!,
Cuando con tus ojos, mirando los míos, me dijiste así:
Dame limosna de amores,
Dolores,
Dámela por cariad,
Pon en mi cruz unas flores,
Dolores,
Que Dios te lo pagará.
No me niegues mi serrana y el agüita... ay de beber.
Ten piedad samaritana de lo amargo de mi ser.
¿No te da pena que llore?
Dolores,
¿No te da pena de mi?
Dame limosna de amores,
Dámela tú, mi Dolores,
Porque me voy a morir.
Dame limosna de amores,
Dámela tú, mi Dolores,
Porque me voy a morir.
No, yo no necesito tus pobres caudales,
Ni quiero que cumplas aquel juramento;
Me basta y me sobra que llores canales,
Comido de pena y de remordimiento.
Pero lo que nunca jamás en la via
Podrás tú saber,
Que hasta en el momento que esté en la agonía,
Te habré de querer.
Dame limosna de amores,
Dolores,
Dámela por cariad
Pon en mi cruz unas flores,
Dolores,
Que Dios te lo pagará.
No me niegues mi serrana y el agüita... ay de beber.
Ten piedad samaritana de lo amargo de mi ser.
¿No te da pena que llore?
Dolores,
¿No te da pena de mi?
Dame limosna de amores,
Dámela tú, mi Dolores,
Porque me voy a morir.
Dame limosna de amores,
Dámela tú, mi Dolores,
Porque me voy a morir.