Las cuerdas de la muerte me enredaron Vencido estaba yo con dolor Seol vino sobre mi Y yo estaba afligido Pero preciosa, a los ojos del Señor Es la muerte de sus santos Oh Señor, en verdad soy tu siervo Has desechado mis cadenas Reverencia Caer de rodillas Y mira hacia otro lado para que no te ciegue Vuelve tus ojos para que no se derritan de tus cuencas Caer sobre tu rostro y comer del polvo de la tierra No te atrevas a levantar la cabeza en alto, el Señor viene Marenatha Somos como arena delante de El Y nuestra carne débil se derrite como cera En Su presencia nuestra voluntad es aplastada por Su Y sin embargo nos mira con amor Como sus propios hijos Abajo tormenta las puertas El infierno no puede resistir la furia del Señor Y el cielo no puede contenerlo Somos los siervos del Señor En su espíritu creamos leyendas Y un día Todas nuestras almas serán sueltas de nuestra carne Los Ángeles serán juzgados