Qué linda estabas en tu ventana, La noche aquella que te canté, Tus trenzas negras me iluminaron, Como la luz del amanecer. La luna hermosa de plata era, El río cerca corría allí, Mientras la niña del alameda, Perfume suave que da el jazmín. Si alguna vez al escuchar, La historia fiel que canto aquí, Comprenderás que no mentí, Porque te quise de verdad, Comprenderás que no mentí, Porque te quise de verdad. Después la vida me fue alejando De aquella novia del corazón, Y las guitarras ya no endulzaron, Con serenata aquel balcón. Como quisiera volver de nuevo, Junto a tu reja para cantar, Y como antes yo ser tu dueño, Sufrir un poco, y quererte más