Teniendo un sueño profundo un ruido me despertó. Alguien llama a la puerta, Ábreme me dijo una voz. Era el llamado de Cristo, tocando en mi corazón. Le dije tengo vergüenza, mi casa está inmunda y desecha, regresa en otra ocasión. La puerta del corazón, tiene cerrojo por dentro. Nadie más lo puede abrir, ni siquiera el que la creo. Oye el llamado de Dios él es todo un caballero, no puede entrar a la fuerza Ábrele, es tu decisión. Siguió sonando la puerta, seguía escuchando su voz. Y aguantándome la pena, un día le abrí al señor. Le dije Aquí está tu casa te acepto en mi corazón. Me dijo hijito no temas, yo haré los cambios en ella, hoy tienes la salvación. La puerta del corazón, tiene cerrojo por dentro. Nadie más lo puede abrir, ni siquiera el que la creo. Oye el llamado de Dios él es todo un caballero, no puede entrar a la fuerza Ábrele es tu decisión, ábrele tu corazón.