Déjeme que le cuente Que estoy perdiendo mi fe Déjeme que le diga Cuanto me cuesta creer. Déjeme que le cuente, Que comparta con usted Todo aquello que duele y hace que hoy yo grite: ¡Estoy perdiendo mi fe! Me duele ver lastimarse A los que se hablan de hermano Y que el peor enemigo sea otro cristiano Sentir a Dios fragmentarse gimiendo separación Y aunque dos se persignen El decir 'Padre Nuestro' ya no es oración Y aunque dos se persignen El decir 'Padre Nuestro' ya no es oración. El príncipe a pie, La plebe cabalgando Ansias de poder, De tener el mando. Por buscar posición O en la iglesia un peldaño Se bendice a muy pocos Y a muchos se hace daño. Por ya no acordarse más De servir al hermano Y en el nombre de dios, que es lo peor Hacer del templo un mercado. Perdone que le cuente Que estoy perdiendo mi fe Pero es que no hallo un cristiano Que de otro me hable bien. Pues cada uno protege su pequeña porción Y se aseguran el cielo, Mandando al infierno cualquier otra opinión Y se aseguran el cielo, Mandando al infierno cualquier otra opinión. El príncipe a pie, La plebe cabalgando, Ansias de poder, De tener el mando. Por buscar posición O en la iglesia un peldaño, Se bendice a muy pocos Y a muchos se hace daño. Por ya no acordarse más De servir al hermano Y en el nombre de dios, que es lo peor Hacer del templo un mercado. Déjeme que le cuente, pa' acabar Que no traigo una piedra pa' tirar Esta es la Iglesia que el maestro amó Y que hoy también a mí me toca amar. Déjeme que le cuente, déjeme Que comparta con usted Que el saber que alguien me oye Eso devuelve la fe. Que el saber que alguien me oye Eso devuelve mi fe.