Crecí en Madrid, rodeado de mangantes Y de supervivientes de familias numerosas Obreros, desgraciaos, currantes De barrios del sur entre cacheos, muñecas y esposas Soy el cuarto hijo de una de inmigrantes Éramos jóvenes viviendo deprisa, inconscientes Sin Fortnite, sin parkour Encallamos la inocencia pasando las páginas de barcos de vapor Destinados a ser mano de obra barata Alcohólicos, yonkis o delincuentes En un parque con cincuenta centilitros en la lata Pero salimos insurgentes Rebeldes, subversivos Nacidos en el seno de un entorno frágil y hostil Sin oportunidad, sin objetivos Con motivos para pelear por un futuro y salir de aquí Somos la inquietud, del polvo la luz Somos hijas del desorden Arrojamos nuestro canto al mundo Pa' que nos recuerden Somos actitud, la cara y la cruz Somos hijas del desastre Que nos dice que salgamos adelante Le pido a la memoria que no falle en el recuerdo Cuando quiera recurrir a ese pasado amargo Lleno de deudas, de fracasos con embargo Lleno de multas, de dolores con recargo De donde aprendí a vivir en las pieles de la miseria Buscándole sentido a cada despertar Perder y volver a empezar Para reinventar el papel que tocaba en la tragicomedia Algunos se abandonaron Otras vencidas se sumaron a las filas de los olvidados Por ellas escribo, por quien no pudo intentarlo Lo hemos conseguido y podemos contarlo He visto cómo las temporadas se renuevan Y se repiten las tramas sobre clase social Pero de una familia humilde nadie se arrepiente Si por ella conocimos el valor de lo esencial Somos la inquietud, del polvo la luz Somos hijas del desorden Arrojamos nuestro canto al mundo Pa' que nos recuerden Somos actitud, la cara, la cruz Somos hijas del desastre Que nos dice que salgamos adelante Éramos tan libertarios, casi revolucionarios Ingenuos como valientes Éramos buena gente Paletos e inteligentes Barbudos estrafalarios, obreros, chicos de barrio Progres universitarios Soñando en una canción Y viviendo la utopía Convencidos de que un día vendría la Revolución ¿Qué fue de los cantautores? De los muchos que empezamos, de los pocos que quedamos De los que aún resistimos, de los que no claudicamos Aquí seguimos, cada uno en su trinchera Haciendo de la poesía nuestro pan de cada día Siete vidas tiene el gato, aunque no cace ratones Hay cantautor para rato Cantautor a tus canciones Zapatero a tus zapatos ♪ HIJAS DEL DESORDEN