Volvió una noche, no la esperaba, Había en su rostro tanta ansiedad Que tuve pena de recordarle Su felonía y su crueldad. Me dijo humilde, si me perdonás, El tiempo viejo otra vez vendrá, La primavera de nuestra vida, Verás que todo nos sonreirá. Mentira, mentira, yo quise decirle, Las horas que pasan ya no vuelven más, Y así mi cariño al tuyo enlazado Es como un fantasma del viejo pasado Que ya no se puede resucitar. Callé mi amargura, y tuve piedad, Sus ojos azules muy grandes se abrieron, Mi pena inaudita pronto comprendieron Y con una mueca de mujer vencida Me dijo es la vida, y no la vi más... Volvió esa noche, nunca la olvido, Con la mirada triste y sin luz, Y tuve miedo de aquel espectro Que fue mi locura en mi juventud. Se fue en silencio, sin un reproche, Busqué un espejo y me quise mirar; Había en mi frente tantos inviernos Que también ella tuvo piedad.