Como anaconda por el río Ondulando a modo del tiempo O el mediodía caído como Otro estupor del sol, el rey A cajú, indio del Amazonas Le acaeció una cosa, cosa El río traía pez grande El pez traía espina grande Que se le quedó en la garganta No lo dejaba respirar Le fue dando color violeta Como las flores de los Alpes Y los demás indios pateaban El rostro marrón del planeta Cantándole a Cajú la espina Que empezó a dar aguas azules Con peces como amores tristes Hambres del año de la pila Animales que se escaparon O enemigo de corazón Ponido y no comigo aún Y demás atravesamientos De la garganta de Cajú O por el mar y por el mar Por la florida agua de abajo Llenas de pieles de pacú Del color de las leches de india Y de careda, decilunas Del lirolena y milagro Medallas de soles antiguos Caídos hace muchos dioses Oh, como vivos de estupor Ardiendo y subiendo de a poco Estallando bajo la noche Contra los barcos extranjeros Con aceros llenos de niebla Por los abajos de la mar Volaba, entonces, el Cajú Y de la espina en la garganta Le salían corales bellos Oh muy cantora, las madréforas Disparo de la luz oscura Como advertencia de la zona Y por el aire en vuelo vuelve Cajú paseando por los cielos Como una melodía hermosa Le iba saliendo de la espina Que le atravesó la garganta De la mujer que no lo quiso Del animal que no cazó Del enemigo que no comió De toda hambre que pasó Abajo estaba su cuerpito De indio violeta bajo el sol Y quieto y como muerto, como El de Joaquín, el anarquista que sabía que se iba a ir Y tomó animales de vino dos días antes de la fecha Pero Cajú no esta allí Juncando lumbia en el mar Otro canto lo alzaba al cielo Mientras los indios de Cajú Pateaban el rostro del mundo