Si supieras (si supieras) No pensarías así (no pensarías así) Cuando quieras (cuando quieras) Puedes venir por aquí (puedes venir por aquí) Desde afuera (desde afuera) No verás lo que es en mí (no verás lo que es en mí) Sé lo que te digo y por eso estoy callado (oh, oh) Si hubieras entendido no habrías condenado (oh, oh) La vela encendida, el Buda en mis pensamientos Espero que me reciba con sus mil brazos abiertos Entro en su templo, con mi verso no aparento Mi virtud es mi defecto, se me ocurre y se lo ofrezco Sin perfumes ni ornamentos No te apures, no dudes de tus esfuerzos Dure lo que dure, que sea honesto No jures, deja que el tiempo cure tu herida Fluye y respira, une las rimas lento Así habló el maestro, una noche de marzo Los que estaban durmiendo no pudieron escucharlo Unos no creen en nada, otros nos creemos poco Muchos creen que la fama y el dinero, y tampoco Todos saben que en la cama es donde se cambia el mundo Que una buena buena broma gana y el odio sale segundo Saca tus conclusiones, perdóname las erratas Yo solo escribo canciones, tú dime de qué se tratan Si supieras (si supieras) No pensarías así (no pensarías así) Cuando quieras (cuando quieras) Puedes venir por aquí (puedes venir por aquí) Desde afuera (desde afuera) No verás lo que es en mí (no verás lo que es en mí) Sé lo que te digo y por eso estoy callado (oh, oh) Si hubieras entendido no habrías condenado (oh, oh) Entregado, al azar de los sucesos Y a la gravedad del peso estoy sentado He olvidado tu desprecio, empiezo a creer que saldré ileso De este bosque espeso en el que me he extraviado Ustedes hablan de raperos, raperos Nosotros hacemos rap, somos ellos Incluso aquí en las contes me pasa que me siento Como cierto rinoceronte al que quieren robar su cuerno No estoy para rumores ni otras parafernalias Parques de atracciones, hay mejores en Tanzania Lea los escritores, fotografía jirafas Un safari por mis emociones, sería una estafa No vendo paquetes turísticos, estudio todos los días Lo mejor del formato típico, es dejar dos caras vacías Al siglo de la voce, al menos yo no me sumo Porque allí todos son dioses y nadie tiene ninguno