(Luis Buñuel) "Me acuerdo aún de el "Limehouse Blues", me acuerdo muy bien. Blues es Jazz ya ¿no? Un blues, me acuerdo perfectamente del "Limehouse Blues" Esto es del año veinte. Lo que pasa es que llegaban a Zaragoza Llegaban el tempo y el ritmo llegaba pervertido, la síncopa Por ejemplo Pa pa pa pa pa pa pa papa" Un plesiosauro dormía entre mis ojos Mientras la música ardía en una lámpara Y el paisaje sentía una pasión de Tristán e Iseo Tu cuerpo se ajustaba al mío Como una mano se ajusta a lo que quiere ocultar Despellejada Me mostrabas tus músculos de madera Y los ramilletes de lujuria Que podían hacerse con tus venas Entre nuestros pelos que temblaban como las hojas de un jardín Todos los diálogos de amor se parecen Todos tienen acordes delirantes Pero el pecho aplastado Por una música de recuerdos seculares Luego viene la oración y el viento El viento que teje sonidos en punta Sonidos de una dulzura de sangre Y de aullidos hechos carne ¿Qué anhelos, qué deseos de mares rotos Convertidos en níquel O en un canto ecuménico de lo que pudo ser tragedia Nacerán, los pájaros de nuestras bocas juntas Mientras la muerte nos entra por los pies? Tendida como un puente de besos de piedra dio la una Las dos volaron con las manos cruzadas sobre el pecho Las tres se oían más lejanas que la muerte Las cuatro ya temblaban de alba Las cinco trazaban con compás el círculo transmisor del día Luego viene la oración y el viento El viento que teje sonidos en punta Sonidos de una dulzura de sangre Y de aullidos hechos carne Luego viene la oración y el viento El viento que teje sonidos en punta Sonidos de una dulzura de sangre Y de aullidos hechos carne Luego viene la oración y el viento El viento que teje sonidos en punta Sonidos de una dulzura de sangre Y de aullidos hechos carne Sonidos de una dulzura de sangre Y de aullidos hechos carne A las seis se oyeron las cabrillas de los Alpes Conducidas por los monjes al altar