Cargando la cruz con dolor te aproximas al monte, Y la corona en tu frente Te proclama el más humilde Rey. Al discípulo amado le entregas tu madre, Y por la voluntad de tu Padre, Encomiendas tu espíritu. Tu cuerpo y tu sangre entregas Por nosotros, oh mi Señor; Y en tu mirada se esconde el misterio Del Reino de Dios. Él es el Mesías, el Hijo de Dios: Sigan sus pasos, sientan su amor. Él nos enseña a cargar nuestra cruz, Día a día luchar por el amor. ♪ Tú decidiste entregarte para la salvación, Hoy me doy cuenta, Señor, Que el sufrimiento fue por amor. Todo lo que proclamaste fue para gloria de Dios: Ahora nosotros debemos Seguir tus huellas y anunciarte. Tu cuerpo y tu sangre entregas Por nosotros, oh mi Señor; Y en tu mirada se esconde el misterio Del Reino de Dios. Él es el Mesías, el Hijo de Dios: Sigan sus pasos, sientan su amor. Él nos enseña a cargar nuestra cruz, Día a día luchar por el amor. ♪ Él nos enseña a cargar nuestra cruz, Día a día luchar por el amor. Día a día luchar por el amor.