De corazón a labio De Norte a Sur y a estrella, Los montes y los niños y eI aire te saludan. Príncipe del imperio de las constelaciones Donde comienza el alma a iniciarse la idea. Descubridor del cielo verdadero y presente Por donde el mundo mira la tierra borinqueña. Vencedor de prisiones, libertador de rumbos, Enterrador perpetuo de todas las cadenas Todo en ti se adelanta en bandadas de sueños Desde Atlanta hasta el tierno manantial de las sierras. Porque te fuiste, íntimo, soñando claridades, Y soñando a tu estrella solitaria regresas Todo en ti se adelanta en banderas de nubes Desde Atlanta hasta el hombre que doquiera pelea. Porque te fuiste, inmenso, peleando libertades Y peleando mundiales libertades regresas Todo en ti se adelanta en magnitud de símbolo Desde Atlanta hasta el hoy eterno de tu ofrenda. Porque te fuiste, todo, de amor a Puerto Rico, Y todo, de amor patrio, a lo eterno regresas Corazón del instante, nervio y pulso del mundo Que vivió en tu martirio y por ti se liberta. En tu cárcel los pueblos aplastados se vieron Y a tu nombre los pueblos, redimiéndose, llegan A tu nombre, canción en la boca de un río, Relámpago antillano cabalgando la tierra Amapola de América dibujada en mil pétalos, Universo rendido al alma borinqueña