Yo como tú también camine, En el camino que estabas. Yo como tu también busque, Sin nada que encontrar. En un abismo, sin esperanzas Sin forma de escapar. Un laberinto, triste y sin final. Hasta que Dios llego Cambio mi corazón, Dándome nueva vida, Y nueva canción, Me dijo hijo mío yo soy tu castillo No hay de que temer. Hasta que Dios llego Me dio una melodía Cambiando mi tristeza por una sonrisa. Cuando dije su nombre sentí su abrazo Y su fuerza me alcanzo. Porque Dios llego. Yo como tu también creí, Conocer la verdad. Yo como tu aprendí a fingir, Disfrazar mi realidad Ser un esclavo, vivir en vano Sin conocer la verdad, Un laberinto, triste y sin final.