Te acordás de aquellos años Dando vueltas por el club Plaza en cada aniversario Diarios apilados por mesa de luz. Te acordás de las kermeses Vino y concientización Entre los cerdos y peces Nos clavó dos veces la revolución. Te acordás del fin del mundo, Te acordás del Y2K, Pobre aquel que besó el chumbo No alcanzó a enterarse que todo sigue igual. Te acordás del chivo anaranjado en el taller De la ginebra, del estribo en el andén Y de la piedra en la casa tomada. Te acordás del saco del gusano en la pared Que nunca más se lo pudimos devolver Porque se lo llevó la correntada. Te acordás de los vinilos Con la música bendita En la mala los vendimos Medio clandestinos en plaza Lezica. Te acordás del pasacalles, Del quilombo que se armó, Que la forma es el mensaje Lo aprendieron tarde y por televisión Te acordás de aquellos viajes Con guitarra y sin un mango, Solo yerba para el chancho íbamos soñando viendo los paisajes. Te acordás del frío pedaleando amanecer De las almohadas reemplazando al que se fue Y de los suvenires que sobraron. Te acordás del cana enamorado de Manuel Que nos decía que dejemos de joder Porque venía de civil y armado. Te acordás las tetas que tenía esa mujer Y que al pasar por Martinetas con el tren La carcajada nos ganaba siempre. Te acordás de aquella navidad en Uruguay Que nos dormimos con el sable samurái Por el delirio en la capilla ardiente. Te acordás de Olmedo improvisando al general Cuando el sorteo iba por radio nacional Y que nos daba igual si era verano. Te acordás los timbos con un pie de cada par, De los domingos en el Jacarepaguá Y las canciones que subestimaron.