Vivimos en una escalera de incendios Pendientes de todo y atentos a nada Cargando una bomba de tiempo en el pecho Midiendo los hechos con distinta vara Vivimos oyendo las mismas canciones Debiendo favores, pagando intereses Buscando a la reina de los corazones Sacando la carta que el mago te ofrece Vivimos cuidando un secreto vencido Alumnos pupilos en pampa y la vía Pegando espejismos que están malheridos Sintiéndonos solos en la mayoría Vivimos dejando pasar colectivos Por otro vacío que nunca se asoma Buscando la clave en manuales de estilo Vivimos en Babia y hablando de Roma No importa cuánto se haya caminado Al fin por el camino equivocado No importa cuánto duele y cuánto cuesta Hay que dar la vuelta, hay que dar la vuelta Vivimos viajando al final de los vasos Velando el espacio desde la terraza En la audiencia de arreglos ganamos un caso En el póker de prendas perdimos la casa Vivimos a tope de gama con fobias Comprando memoria y vendiendo recuerdos Planeando sin premios las dedicatorias Faltando a la historia con parte de enfermo Vivimos en un callejón sin salida Entrando y saliendo para ir al trabajo Dejando de noche las luces prendidas Cuidando la reputación del carajo Vivimos en una misión imposible Delfines sensibles fondeando al riachuelo Compás de bolero la voz de jengibre Vivimos golpeando las puertas del cielo No importa cuánto se haya caminado Al fin por el camino equivocado No importa cuánto duele y cuánto cuesta Hay que dar la vuelta, hay que dar la vuelta No importan los laureles abrazados La cruz, la vocación, los decorados Los años en ladrillos, los consuelos Del primer deseo, del primer deseo Del primer deseo