En verdes del Aconquija, Corazón de tucumanos, de fertilidad su llanto La Pachamama ha volcado sentimientos de Esta tierra que el indio se fue callando. De tu azul el Dios eterno Le hizo a la Virgen el manto, La puerza de su alma, Con las flores de los tarcos Y, de jazmines del cielo, Ramilletes a sus manos. ¡Ay, Tucumán... Tucumán..., Qué privilegio habitarte!. Las flores que nos regalas, mi Dios, A otros se las negaste. No dejes que yo te niegue, Señor, Hecho carne en tu paisaje. Habitantes de esta tierra, Gentes del cerro y de llano, No perdamos en el alma Lo que nos ha sido dado, Que de color y perfumes, Dios, nuestro suelo ha regado. Quietud de Tafí del Valle, ¡Silencios de un Dios callado!. De azahar y jazmín, aromas; Limoneros alineados; Jugo y savia de esta tierra, Cañaveral apretado ¡Ay, Tucumán... Tucumán, Qué privilegio habitarte!. Las flores que nos regalas... ¡mi Dios!: A otros se las negaste. No dejes que yo te niegue, Señor, Hecho carne en tu paisaje