Caminando por la calles, predicando la palabra No importandole el cansancio de sus pies adolorido Con la plaza llena de gente que escucha atentamente Alguien viene y se arrepiente, mientras otros dicen Jesús miente A los suyos vino, y los suyos le rechazaron No creyeron que era el Mesías, el enviado de Jehová, el gran Hijo de Dios A los suyos vino, y los suyos no le recibieron Y a los que recibieron dioles potestad de ser Hijos de Dios Se hace amigo de pescadores que también son pecadores Les instruye y les enseña la doctrina de su Evangelio De sanar toda enfermedad, de echar fuera los demonios De dejar libre al cautivó, porque el Dios nuestro es un Dios vivo