El cuerpo del Maestro fue llevado A una tumba fría y cruel. Saliendo el sol, volvieron para orar, Luz brillaba por doquier; Pero allí no estaba Él. Quisieron a la tumba entrar, La tierra comenzó a temblar, Tuvieron gran temor, Se oyeron ángeles cantar y proclamar: '"Él no está aquí", Y preguntaron: "¿Quién?" ¿Quién ha de llamarle Rey? ¿Quién dirá: "Él es Señor, Príncipe de paz y amor, Hermoso Consolador, Grande Dios"? ¿Quién dirá: "¡Es Rey!"? Vino la paz, Cambió el temor en gozo; Y pudieron contemplar A Cristo en su majestad; Y con su voz de autoridad Él dijo a todos: "Proclamad que vivo estoy". Corrieron hasta no dar más "Cristo vivo está" Decían a una voz: "Hemos de llamarle Rey, Proclamar que Él es Señor, Príncipe de paz y amor, Hermoso Consolador, Grande Dios". El lo cumplió, Pues Él resucitó. Y su pueblo dirá: "Hemos de llamarle Rey, Proclamar que Él es Señor, Príncipe de paz y amor, Hermoso Consolador". Yo he de llamarle Rey, Yo diré que Él es Señor, Príncipe de paz y amor, Hermoso Consolador, Grande Dios; Yo diré que es Rey. Yo diré que es Rey. ¡Jesucristo es Rey!