Aún el tiempo no logró Llevar su recuerdo, Borrar las ternuras Que guardan escritas Sus cartas marchitas Que tantas lecturas Con llanto desteñí... ¡Ella sí que me olvidó!... Y hoy frente a su puerta La oigo contenta, Percibo sus risas Y escucho que a otro Le dice las mismas Mentiras que a mí... Alma... que en pena vas errando, Acércate a su puerta Suplícale llorando: Oye... perdona si te pido Mendrugos del olvido Que alegre te hace ser... ¡Tú me enseñaste a querer y he sabido! Y haberlo aprendido De amores me mata... Y yo que voy aprendiendo hasta a odiarte, Tan sólo a olvidarte No puedo aprender. Esa voz que vuelvo a oír, Un día fue mía, Y hoy de ella es apenas El eco el que alumbra Mi pobre alma en pena, Que cae moribunda Al pie de su balcón... Esa voz que maldecí, Hoy oigo que a otro Promete la gloria, Y cierro los ojos, Y es una limosna De amor, que recojo Con mi corazón. Alma... que en pena vas errando, Acércate a su puerta Suplícale llorando: Oye... perdona si te pido Mendrugos del olvido Que alegre te hace ser... ¡Tú me enseñaste a querer y he sabido! Y haberlo aprendido De amores me mata... Y yo que voy aprendiendo hasta a odiarte, Tan sólo a olvidarte No puedo aprender. Letra: Francisco García Jiménez