Del vientre de una madre Nace el hijo de un guerrero. Hijo de la tierra Va madurando Fruto del viejo ceibo. La fuerza de ancestros, La raíz de su historia Despliega su estructura En el eco del cerro Del barro de los suelos A la más brillante estrella. Buscando la luz. Menudo niño, Nacido en el eco del cerro, de sangre espesa, instinto activo, Inicia un viaje, es dueño de palabras. Protagoniza la leyenda de la sangre derramada que acabó con su clan. Como arena en el mar Que no regresará Denota espíritus que mueren Con la carne, otros trascienden Con la partida, sopla al oído Tonos, canciones, melodías de certeza, respuestas a grandezas. En busca, inicia un viaje Del soplo del cuerno y el caracol. Acude al sabio con inquietudes sobre la vida y el origen de su ser. Convertido en hombre cazador Jaguar de colmillos de fuego Mirada ágil, el hijo tótem. Arquitecto de su vida. Resopla la ocarina de su gente.