No he vuelto a preguntarme dónde estarás... Ya me da igual Ya me da igual Le he devuelto al viento sus cenizas Polvo de tanto andar entre ruinas Hasta que vuelva a cambiar de bando y azote otro ventanal Estamos en paz Ya me ha dejado de importar quién se queda o quién se va Otra ola batiéndose en retirada Leve espuma y luego nada Aquí todo el mundo está de paso Sobre mi tejado, igual que un gato La luna, que va detrás mirando Sabe que jamás podrá encerrarlo allí en su desván Lo que ayer habría podido matarme Hoy sólo me sirve para matar el hambre Y ese rayo que casi me parte, no dura más que un instante Todo se acaba, igual que el aire Dentro del pecho del que se ha colgado para retirarse un poco antes No llores más No lo puedes evitar Nada importa Todo da igual... Todo da igual... Todo da igual... Nada importa Nada importa Todo da igual... Todo da igual... Todo da igual... Todo da igual... Al final Todos se van Cuántas tardes habré pasado Tratando de salvar los muebles del incendio Oro al vuelo del tiempo que no vuelve más Cuántas veces habré intentado sujetarte, siempre en vano Pues ya estábamos cayendo los dos, cogidos de la mano No me he vuelto a preguntar si volverás a por mí En esta isla sólo el eco sabe si grito Llevo tanto esperando ver un barco pasar Que hay un náufrago nuevo abrazándose al mar Vaciando botellas sin saber siquiera qué mensaje lanzar Yo que he bebido a morro del grial de vuestra carne Que he visto lo que ardía bajo el trapo y los alardes Estoy seguro de que os llevasteis algo mío... Los bolsillos de mi pecho están todos vacíos Vieja caja donde os dejo, osario de objetos perdidos Llaves que no sé ni lo que abren Secretos que no le importan a nadie Un muro hecho con vuestros ladrillos Todo el que lo salta me deja ahí su nombre escrito Como flores puestas a secar sobre el mármol Bajo este epitafio en recuerdo a los vivos Pues sólo porque aún veo las marcas de los dientes Sé que estuvisteis aquí realmente Sé que estuvisteis aquí realmente