Un trago más, dijo Joaquín. Dame del líquido oscuro que me hace reír. Enciende la llama candente que me hace olvidar. Un trago más, dijo Joaquín. Mi padre no sabe que estoy aquí, Si se da cuenta me va a destruir. Desatará el infierno que vive en sus ojos. Caerá sobre mi, el pobre Joaquín. Se consume entre barra y botellas dando paso al animal. Y le rinde el control a las bestias y se vuelve un anormal. Y sin saber como, está en casa otra vez. Su padre lo mira... contiene su ira una noche más. No puedo parar, dijo Joaquín. Mi padre asegura que el Diablo me va a consumir. Se desvela en las noches queriendo poder olvidar El vicio mortal que vive en mi. No soporto más, le dijo a Joaquín. La noche que fue suficiente el desvelo sin fin. Con ojos de flamas candentes, dio un grito infernal: Una bestia serás, negra y rojo carmín. De repente calló sobre el suelo y dio su cuerpo a retorcer. Y un pelaje lo cubrió completo, negro como la noche cruel. Sus ojos rojos, candentes, comenzaron a brillar. Su padre sacó las cadenas que iba a cargar por la eternidad. No te haré daño, dijo Joaquín. Mi trabajo será acompañarte, hermano infeliz. Deberías dejar la bebida ó podría pasar Lo que me pasó a mi, el pobre Joaquín.