Atardecer de su pueblo Tardecitas de pueblo, camino al centro lo siento ir El saludo a la gente que cortesmente, aún se usa allí, La mirada atenta y una sonrisa le son brindadas Al llegar a una puerta que está entreabierta al verle venir. Se van hacia la plaza, ella lo abraza tiembla feliz El sol se desvanece, cómplice crece la noche al fin Su rubor se enciende con el susurro de una caricia Apresura la vuelta, la madre atenta los ve venir. Tardecitas de pueblo, la llevas dentro, dentro de ti Allá el cielo es más grande y el viento errante huele a jazmín. Tardecitas de pueblo pasando por el ferrocarril Donde la gente vive su fantasía y su porvenir Viejo mensajero, acarreador de miles de esfuerzos Antiguo compañero de los que abrieron surcos sin fin Tardecitas de pueblo, la llevas dentro, dentro de ti Allá el cielo es más grande y el viento errante huele a jazmín Su lejano pueblo Solo, solo, trasnocha su ambición, a costa del dolor Piensa, piensa, que lejos se quedó, la tibieza del sol Cambió la sombra del nogal, por la rutina agazapada en el umbral Busca, busca, su joven ilusión, que del tren se cayó Perdió su pura identidad, vencido por la indiferencia y la ciudad Piensa, piensa, sentado en un rincón, donde está la paz Que logró encontrar, en su pueblo natal