Esta historia narra viejos tiempos. Tiene dueños. Es la madre Luna, hermano Cielo... donde ruge el mar. Cuéntame de tus leyendas, Sol testigo de la inmensa inmensidad. Y los árboles que mecerán a la cuna. Y el dolor en tu piel será el fiel reflejo de tu tierra. Y en las puertas del panteón azul brillarán Las estrellas, envueltas en un tul de sonidos y de cosas. Invitados a la mesa están los que quieran Las ventanas hablan libertad verdadera. ¡Madre Tierra! ¡Padre Sol! ¡Hermana Luna!