Sacrificio y muerte hay, Con sangre han hecho ríos. Son los dioses del olimpo, Reclamando cuerpos fríos. Es inútil escapar, En sus brazos no hay piedad. Ya las parcas nos invitan, A sus ritos asquerosos. Pánico hay al descubrir, Maldición en esos rostros. Es inútil escapar, En sus brazos no hay piedad. Brazas, rocas arden hoy, Todo es degeneración. Magma ardiente hoy soy parte, De tu enfermiza pasión.