Y llegó la programación, exquisitos adelantos milagros de la técnica. Prisioneros de un tiempo moderno y robotizado, sin parase a pensar, Y sin programar, a legiones de vagabundos que no quieres mirar en tu ciudad. La soledad les condenó a seguir la senda del infierno, La herencia que les quedó, ser herederos de un imperio. Corazón electrónico ojo que ve, heredero mecénico en la ingravidez. Preparando la era espacial, sin fronteras hacia el más allá. Los niños del futuro juegan programando en busca de diversión, Todo un nuevo mundo se abre ante todos ellos, Pero has de pensar, que su bienestar depende de tí, pues tus hijos son tu continuación. Al despertar a un nuevo sol cambia la mente de la gente, La nueva generación, los herederos de un imperio. La máquina es bélica y siega la risa de la gente, Esta invasión mecánica es heredera de un imperio