Esta es la historia de ese tipo que siempre estaba ahí, parado. Esperando a que todo le llegara siempre, de algún lado. El no quería hacer nada porque tenía mucho miedo de, equivocarse, Por esa vocecita que le hablaba y le decía, le decía que era así... Sin embargo se reía de la gente, que a su lado tropezaba al caminar. No se daba cuenta que muy tristemente, el solo estaba ahí, solo estaba ahí, parado. O como la historia de ese viejo que empezó a estudiar, de nuevo. Porque siempre le había quedado colgado ese sueño. Se levantaba temprano y en las noches el seguía, despierto. Por esa vocecita que le hablaba y le decía, le decía que siga así... Y se recibió junto al que era su nieto. No imaginan que forma de festejar. Y esta vez la voluntad derritió el tiempo, y eso fue vivir, eso fue vivir, en serio. Por eso yo siempre preferí perderlo todo. A tener que deberle algo a alguien siempre, de algún modo. Ojo que por ser así muchas veces, me caí en al suelo. Pero estoy contento porque hoy estoy de nuevo parado de nuevo aquí. Solo doy gracias por haberte conocido, aquella tarde cerca de General Paz. Y ojalá que a mi no me toque el olvido, yo quiero seguir, yo quiero seguir Sabiendo que, Cuando no había nadie, vos estabas hablándome. Es esas madrugadas, solo transpirando. Vos, abrías mi ventana, que mire a esa nada. Y era tu voz la que me hablaba, Según quien, las voces