Me hacen daño tus ojos, Me hacen daño tus manos, Me hacen daño tus labios, Que saben fingir. Y a mi sombra pregunto, Si esos labios que adoro En un beso sagrado, Podrán mentir. Y aunque vivas prisionera En mi soledad, Mi alma te dirá: Te quiero. Nuestros labios Guardan flama De un beso voraz Que no olvidará el mañana. Flores negras del destino, Nos apartan sin piedad. Pero el día vendrá en que seas, Para mí no más, no más. Pero el día vendrá en que seas, Para mí no más, no más.