Hace algún tiempo en un bar Conocí a un buen señor de cierta edad Un ejecutivo Jefe de una empresa de publicidad Vestía traje de tweed Olía a un perfume de Givenchi Y sin ningún motivo Se acercó hasta mí mesa y me dijo así Dime muñeca, no me encuentras atractivo Vente muñeca, te invito un aperitivo Rufino Me lleva a jugar al casino Rufino Me invita a comer langostinos Me gusta verle bailar Con su aire de pingüino Rufino es Libertino, divino y superficial Anoche lo encontré Sentado en la terraza de un café Disfrazado de moderno Los años embutidos en un corsé Bebiendo un daiquiri Oliendo a su eterno Givenchi Enfrascado en la lectura Por fuera la luna, dentro el ABC Dime muñeca, no me encuentras atractivo Vente muñeca, te invito un aperitivo Rufino Me lleva a jugar al casino Rufino Me invita a comer langostinos Me gusta verle bailar Con su aire de pingüino Rufino es Libertino, divino y superficial Dime muñeca, no me encuentras atractivo Vente muñeca, te invito un aperitivo Rufino Me lleva a jugar al casino Rufino Me invita a comer langostinos Me gusta verle bailar Con su aire de pingüino Rufino es Libertino, divino y superficial Rufino Me gusta verle bailar Rufino Me gusta verle bailar Con su aire de pingüino Rufino es Libertino, divino y superficial Dime muñeca