Tú ves, no pudo ser. Tal vez, hay que perder: Y en el camino que trazaron a tu vida No está la mía. En fin, no hay más que hacer. Tal vez, si renunciar Será la triste solución de esta agonía, Nuestra agonía... ¡Quiera Dios Que te ilumine y al final guíe tus pasos, Para que olvides el por qué de este fracaso Y un día vuelvas a dormir entre mis brazos! ¡Quiera Dios Que una mañana, al despertar, veas mis ojos, La palidez y la dulzura de tu rostro Para apretarlo hasta morir entre sollozos! ¡Quiera Dios Que te ilumine y al final guíe tus pasos, Para que olvides el por qué de este fracaso Y un día vuelvas a dormir entre mis brazos! ¡Quiera Dios Que una mañana, al despertar, veas mis ojos, La palidez y la dulzura de tu rostro Para apretarlo hasta morir entre sollozos! ¡Quiera Dios! ¡Quiera Dios! ¡Quiera Dios!